Un óvalo de arena y pequeñas piedras cubren el piso de cemento pulido. Montados a baja altura en las cuatro paredes, los altavoces emiten el sonido del crujido abrasador del choque de las rocas —alguien o algo caminando por un arroyo, o tal vez simplemente la imagen sonora del paso del tiempo del reloj de arena. En la exposición de la artista Karima Walker, “Graves for the Rain“, una cosa queda clara: no hay ni una gota de agua.
Cómo ver la exposición
Qué: Graves for the Rain, de Karima Walker
Cuándo: Del 13 de septiembre de 2024 al 16 de febrero de 2025, con presentaciones en vivo a las 2 p.m. el domingo 12 de enero y el domingo 2 de febrero.
Dónde: Museo de Arte Contemporáneo (MOCA), 265 S. Church Ave.
El Museo de Arte Contemporáneo de Tucson, también llamado MOCA, ha presentado una nueva exposición conmovedora y oportuna, compuesta por escultura, performance y “sonido cuadrafónico”, de Walker, una artista y música cuyo trabajo más reciente une diversos medios para confrontar la pérdida ecológica y cultural del río Santa Cruz.
“Graves for the Rain”, la primera exposición individual de Walker en un museo, explora la compleja historia de la interacción humana con el río y su actual estado como uno de los cuerpos de agua más amenazados de Estados Unidos.
La instalación encarna la relación personal de Walker con el río, así como una meditación colectiva tanto sobre lo que Walker denomina la muerte hídrica del río como sobre su potencial para la restauración.
Un anillo de río
“Graves for the Rain” es una escultura de tierra cambiante, un anillo compuesto por suelo fluvial —básicamente tierra o arena que es desplazada por el agua— recolectada por Walker del lecho del río en el brazo oeste del Santa Cruz.
Alrededor de la escultura en evolución hay una pieza sonora, una instalación de audio ambiental que reproduce las grabaciones de los movimientos de la artista mientras camina por un sendero circular — “en la dirección del flujo del río”, según dice Walker— dentro del espacio de la galería.
Durante las presentaciones, que duran aproximadamente dos horas, Walker esparce sobre el suelo lo que ella llama material de río, cubriendo la escultura con huellas del río y sus propios pasos.
La instalación resultante, que cambia continuamente, es lo que Walker llama un “ritual de duelo”, o una performance que fusiona “entierro y crecimiento”.
Walker le dijo a Arizona Luminaria que las presentaciones son “una invitación a considerar las relaciones individuales y colectivas con el río”.
La historia del río Santa Cruz
Fluyendo al norte desde Sonora hacia el sur de Arizona, el río Santa Cruz ha sido una fuente vital para los pueblos indígenas durante milenios. Sin embargo, en los últimos 150 años, el ecosistema del río ha sido devastado por la expansión urbana, la sobreexplotación y el vertido de basura. A principios del siglo XX, el que alguna vez fue un cauce próspero se había secado en gran medida. Fue entonces cuando el río experimentó su “muerte hídrica“.
“Lo explotamos para sacar grava y arena, lo llenamos de basura, y ahora queremos devolverlo a la vida”, dijo Walker. Pero también cuestionó cuáles son los objetivos de la restauración, advirtiendo contra el exceso de desarrollo a lo largo de las orillas.
“Quiero justicia para este río. Quiero que las especies florezcan, pero no me lo tomo tan en serio” como para proponer objetivos políticos concretos, comentó Walker. “Mi trabajo aquí es más como un escéptico o crítico”.
En 2024, el río Santa Cruz fue designado como uno de los ríos más amenazados de los Estados Unidos, un reconocimiento de su estado frágil y su futuro incierto.
En un folleto que acompaña la exposición, Walker incluye una guía de lecturas adicionales, con recursos como la visión a 50 años para el río del Watershed Management Group y un poema sobre el agua y las relaciones indígenas con los ríos.
Desde defensores del medio ambiente hasta urbanistas y poetas, el destino del río Santa Cruz sigue entrelazado en visiones y prioridades en competencia. Esa es una de las razones por las que Walker invita a una profunda reflexión sobre nuestra relación con el río.
¿Cómo se llora por un río?
Walker dijo que su arte está inspirado, en parte, por su trabajo ecológico. Ayudó en trabajos de recuperación en el sur de Arizona con la Borderlands Restoration Network. También ha sido voluntaria con Watershed Management Group, que aboga por la recolección de agua de lluvia, la restauración de plantas nativas y la recarga de acuíferos, para revertir el declive del río.
Durante las presentaciones, Walker dijo que siente una creciente intimidad con el río. “Quiero tocar todo de él”, dijo sobre el material del río que esparce. “Quiero proximidad, conocimiento”.
El poema de Natalie Diaz, “The First Water Is the Body” (La primera agua es el cuerpo), que fue una de las inspiraciones para la exposición de Walker, ofrece otra perspectiva para considerar la relación entre el ser humano y el río. Diaz afirma la inseparabilidad del agua y el cuerpo humano, escribiendo: “El río está dentro de nosotros, así como nosotros estamos dentro del río”.
En una conversación con Arizona Luminaria, Walker se preguntó qué significa ser testigo de la muerte de un río. ¿Qué posibilidades surgen cuando replanteamos nuestra relación con el agua como una de reciprocidad y cuidado?
La exposición de Walker en el MOCA permanecerá abierta durante los próximos meses, invitando a la comunidad a involucrarse con el pasado, presente y posibles futuros del río Santa Cruz.
Pero Walker también advierte que la forma ovalada de la escultura en crecimiento está diseñada en parte para “frustrar esta idea de progreso lineal”. Pide a los visitantes del museo que se comprometan y mediten sobre el río, sin esperar proporcionar respuestas fáciles sobre la restauración.
Pocos días después de una presentación reciente, Walker estaba de pie en la habitación débilmente iluminada, sosteniendo una botella de agua Nalgene en la mano.
Se agachó para inspeccionar un pequeño insecto muerto que vino con el material del río.
Al inclinarse de cerca, señaló trozos de basura, fragmentos de vidrio y el ocasional destello de mica.
Mientras se levantaba, su zapato crujió audiblemente contra una piedra suelta.
“¿Realmente puedo conocer este río?”ella preguntó.
Traducción Beatriz Limón